Cuando el miedo es un problema

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Cuando el miedo es un problema: cómo vencerlo. Pues te voy a decir algo que te parecerá una barbaridad. Al menos a mí me lo pareció la primera vez que lo escuché. Hoy considero que no es una barbaridad, sino una revelación. Cada acción, de cada persona, en cada momento, hasta la más terrorífica que se te pueda ocurrir, parte de un deseo positivo: el de eliminar un miedo.

Incluso el que roba o mata lo hace porque está buscando algo que él entiende que va a reducir o hacer desaparecer un miedo que él tiene, y por tanto considera que está buscando algo que es bueno (para él), por supuesto eligiendo el peor de los caminos para conseguirlo (fruto de la ignorancia). Y mientras no se sane el miedo que él percibe, no se anulará el peligro que él supone.

¿Qué hay detrás de cada tentáculo del ego? Siempre, siempre, siempre… un miedo. Por lo que, cómo vencer las emociones negativas como el miedo.

Lo primero que debemos descubrir es el origen del miedo.

Origen del miedo

Ninguna de las formas que te voy a mostrar ha resuelto el problema ante el miedo pero sí encuentra el origen de esa emoción negativa:

  • Tu entrenador te critica delante de los compañeros de equipo cuando tú eres el capitán. Te pones furioso y combates su opinión. ¿Cuál es tu miedo? El miedo a no ser respetado y a perder estatus en el equipo (y por tanto te rebelas igual que lo haría un león que cree está a punto de dejar de ser el rey de la selva).
  • Alguien te agrede (verbal o fisicamente). Tú sientes rabia de manera instantánea y devuelves la agresión. ¿Cuál es tu miedo? El miedo de ser pisado o avasallado por otro. Lo combates atacándolo de vuelta.
  • Tu pareja se fija en otra persona en un bar. A ti te sobrecoge un ataque de celos y entras en cólera. ¿Cuál es tu miedo? El miedo de no ser querido o ser insuficiente para esa persona (y por tanto miedo al abandono). (La solución no está en evitar los celos, sino en averiguar qué ha hecho que llegaras al punto de temer el abandono.)
  • Tu hijo adolescente te dice que quiere irse a estudiar al extranjero. Tú sabes que es bueno para él, pero te puede la ansiedad y te niegas. ¿Cuál es tu miedo? El miedo a quedarte sola, a perder el control sobre él y a la incertidumbre: <<¿Qué pasa si se queda allí a vivir y ya no lo veo tan a menudo>>, te dices atormentada.
  • Acabas de perder tu trabajo y te sumes en un mar de tristeza y preocupación. ¿Cuál es tu miedo? Miedo al <<¿qué va a ser de mí?>> en el futuro sin esto que acabo de perder en el presente. Actúas con desesperación.

Como te decía, ninguna de estas formas de actuar ha resuelto el problema. ¿Por qué? Porque todas se llevan a cabo desde el miedo. Esto representa la mayor paradoja de la historia. Actuamos con el fin de eliminar el miedo, y acto seguido tomamos el camino que produce el resultado diametralmente opuesto al que buscábamos: en lugar de eliminar el miedo, lo hemos perpetuado. No sólo no lo hemos combatido, sino que además, lo hemos hecho más grande.

Cómo vencer las emociones negativas

En los ejemplos anteriores, la solución no está en combatir la ira, en hacer un curso sobre agresividad, en llegar a un acuerdo para evitar los celos o en resolver la desesperación encontrando un trabajo.

En todos los casos, la solución pasa por curar los miedos, ya que un miedo no curado hoy volverá a manifestarse mañana, sea con esa o con otra cara. Si te pones a tratar los celos, la ira, la tristeza o la ansiedad sin analizar el origen, estarás tratando los síntomas, pero… perpetuando el problema.

Combatir síntomas alarga el problema. Mejor busca el origen tirando del hilo con preguntas. Pregúntate el origen de tu perturbación y verás que la cadena siempre tiene como origen un miedo. En casos serios por supuesto tendrás que buscar ayuda de un profesional, pero el proceso siempre será el mismo: reconocer, de viva voz, ese miedo. CONTARLO.

Cada vez que expones un miedo, una parte de ese miedo muere.

Y al exponerlo, observarlo, reconocerlo y sobre todo contarlo (a alguien que te escuche sin juzgarte), te permite no sólo aumentar tu consciencia y, por tanto, tu aprendizaje sobre él, sino liberarte de una parte enorme de su losa. ¿Por qué? Porque contarlo es arrojar luz sobre él, exponerlo, y sólo lo que se expone puede ser sanado.

Ejercicio: combatir el miedo

Si quieres un ejercicio para tratar este tema, usa éste: la sesión de miedos.

Consiste en sentarse con otra persona y simplemente manifestar y contar un miedo, tirando de ese hilo y relatando qué temes y qué te hace sentir cada uno de esos temores. Verás que a medida que te vas abriendo, una parte de tus miedos se va disipando igual que se disipa la sombra al amanecer. Pruébalo. Es tremendamente liberador.

Cómo vencer el miedo  [Vídeo]

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Anxo Pérez ¿Te gustaría recibir notificaciones cuando se inicie un evento? No Si